¿Por qué no ser tan valiente como el águila?
28 nov 2010
XXV.
12 nov 2010
XXIV.
Ethan se desliza por el centro de Londres, como un funambulista que sigue una línea recta que no debe perder de vista si no quiere eliminar la perfección que dibuja a su paso. Cuando los ojos de Derek interfieren en su camino, ambos perciben cómo -poco a poco- las luces que contextualizan la escena se tornan veloces mientras sus cuerpos parecen drogados y ese cruce de miradas parece eterno. Le suelta la mano de golpe a todo lo que planificaba ser y ve, como un simple espectador de la película, cómo se parte su corazón en mil pedazos cuando se gira y él no lo hace.
El Duque pasea a caballo por Lerma cuando el noble le guiña un ojo, tras lo que el primero pierde la noción de la realidad y cae al suelo. El noble se acerca y le cura le herida con un beso en los labios que aviva la histeria de la reina, que esa noche sorbe sus lágrimas y hace jirones su ropa. Infelices para siempre.
Sunday Morning Birds