Hay ocasiones en las que me cruzo con diminutas joyas, como esta escena de 'New York, I love you', que me empujan a romper la norma que me impuse de total ausencia de multimedia en este blog, y me permito introducir un vídeo que conforme el contenido auténtico de la entrada. Admito que soy incapaz de mantenerme sereno ante planos desnudos, gestos, silencios y reflexiones como las que se condensan en estos 5 minutos perfectos. Este tipo de cine pausado es el que últimamente me araña y me eriza la piel. Ya no quiero lo de siempre, cada vez soy más selecto con el arte del que me alimento. Me arriesgo. Y dios, qué bien sienta cuando acierto.
Sunday Morning Birds
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